viernes, agosto 29, 2008

Me piden que salga de testigo

Hace cosa de un año, viajando en tren, me tocó sentarme junto a cierta anciana. No pasó medio minuto antes de que me hablara.
–Señor –me dijo, y me preguntó sin angustia, como formulando una adivinanza:–, ¿veremos algún día el fin de la crueldad?
Medité seriamente sobre tan grave asunto, y al cabo de unos segundos apreté los labios y debí confesar:
–No sé.
Sin demora, la mujer me entregó una revista. La misma pregunta era el título de la nota de tapa: "¿Veremos algún día el fin de la crueldad?"
–Aquí va a encontrar algunas respuestas –aseguró.
–Gracias –le sonreí apenas.
No cruzamos más palabra. Fingí leer la revista, pero sin mostrar desprecio ni entusiasmo, para que la mujer no volviera a hablar. Se bajó en la estación siguiente, creo que sin saludar.

Después estuve pispeando el contenido. La nota de tapa aseguraba que pronto se viene el Reino de Dios, en que se acabará la crueldad (hija, como se sabe, del Diablo); pero que, endemientras esperamos que llegue, hay que aguantarse el mal y no devolvérselo a naides. Un pequeño suplemento que venía entre las hojas centrales explicaba que el alma muere con el cuerpo y que, por lo tanto, no debemos preocuparnos por nuestros muertos queridos, ya que se encuentran en un estado de inconciencia total que recién abandonarán el día en que, resurrectos, todos nos volveremos a encontrar. En la contratapa, dos ejemplos de vida: el de un hombre que, a pesar de cierta discapacidad física, se las ingenió para colaborar en la construcción de un "Salón del Reino", y el de una niña de seis años enferma de cáncer que con sus plegarias consiguió la oportunidad de visitar el centro de la actividad mundial de los testigos.

Lo que me resultó más llamativo de la revista fue la sección destinada a responder preguntas de los lectores, que se ocupaba exclusivamente de la siguiente cuestión: "¿Debe el cristiano evitar las bebidas y alimentos que contengan cafeína?". Y bien, para quien esté interesado en saberlo, lo diré sin rodeos: depende. De acuerdo con los estudios científicos hechos hasta hoy sobre los efectos de la cafeína, su ingestión, si y sólo si es moderada, puede tener efectos positivos para la salud; sin embargo, como diría un amigo estagirita, el justo término medio es relativo a cada persona y a cada circunstancia, y según agregaba el autor de la nota, también a los principios bíblicos que pudieran entrar en juego en cada caso particular.

No cuento más. Basta señalar que casi todo intento de fundamentación se apoyaba en citas bíblicas, por lo que alguien que no diese crédito a ellas difícilmente conseguiría, ni aun poniendo la mejor voluntad, evitar que la lectura resultase algo tediosa y nada convincente. En cambio, creo que va a ser más interesante comentar otra revista que me regalaron un año antes, y en la que, entre otras cosas, se intenta probar que "existe un creador" y que la evolución es un cuento chino. Pero justo a eso lo dejo para otra ocasión.