viernes, enero 25, 2008

El hombre migratorio

Enoch, de Rumania, soñó una noche que la muerte le daba alcance en un bosque de alerces nevados y ríos de escarcha. Al despertar, su mente simple concibió un plan simple. Con las primeras lluvias del otoño emigró al hemisferio sur y, seis meses después, volvió a escapar del invierno retornando a su patria. Desde entonces sigue eternamente a las golondrinas en cautelosos barcos. Es entre los inmortales el más bronceado.


De Guillermo Martínez, incluido en el libro Dos veces bueno 3, cuentos breves de América y España (Buenos Aires, Ed. Desde la Gente, 2002), con selección y prólogo de Raúl Brasca.

lunes, enero 14, 2008

Malestar

Si tomo el colectivo y un hombre que me cede el asiento viene a despertarme a la brusca conciencia de que ya no soy el que era, y si en el reflejo de la ventanilla veo mi cabeza ya capilarmente empobrecida, y si recuerdo a tanta gente querida que ya no está conmigo, ¿cómo hago para soportar el peso infinito de este malestar por lo efímero de las vidas? ¿Y cómo para darles el gusto a los demás pasajeros que, incómodos, pretenden que no explote en llanto, que no gima de forma escandalosa durante todo el puto viaje, cuando advierto, hastiado de esta fugaz parábola tan repetida, que soy de nuevo otro bebé en brazos de otra madre, con otras (¿cuántas?) vidas por delante?