domingo, diciembre 23, 2007

Rejunte

Tengo ganas de postear algo pero sigo sin saber qué. Así que me puse a revisar los pequeños cuadernitos que vengo llenando, desde hace tiempo, con pensamientos torpes y truncos. Elegí, al azar, algunas notas que no encontré ininteligibles, y –en la escasa medida en que me fue posible– las pasé en limpio, corregí y aumenté. Son del menor interés y no guardan relación entre sí. Dado que no encuentro cómo darles más amplio desarrollo, y que tal como están expresadas, ninguna de ellas es digna de abarcar un post completo, las reuní a todas acá.
  • Cuando estudiaba a Horacio, me llamó la atención que en la biografía que de él ofrece Suetonio no hubiera nunca referencias cronológicas ab urbe condita: para indicar un año determinado, el biógrafo señalaba el par de cónsules que en ese lapso de tiempo habían gobernado. Así, por ejemplo, no dice "el año 689 desde la fundación de la ciudad" sino "bajo el consulado de Lucio Cota y Lucio Torcuato". Eso me recordó al sistema de numeración (que propiamente no era tal) del memorioso Ireneo Funes, que "en lugar de siete mil trece, decía (por ejemplo) Máximo Pérez; en lugar de siete mil catorce, El Ferrocarril". Pero el caso de Suetonio me pareció todavía más grave: en efecto, de haber sido Funes inmortal, su "sistema de numeración", que según Borges había rebasado el número 24000, habría podido seguir aumentando hasta donde él mismo se lo propusiera; por el contrario, si Suetonio se atuviera rigurosamente a su estilo, no tendría manera de nombrar los años por venir, toda vez que no puede saber de antemano qué cónsules le deparará el futuro. En seguida me contesté que esta objeción era muy pelotuda, ya que un biógrafo no escribe sobre vidas futuras. De todos modos me siguió pareciendo curioso ese tipo de referencia cronológica; jorobando, imaginé que, dado el escaso papel que tenían los cónsules en época del imperio, tal vez Roma los designara con el único fin de bautizar a cada año.
  • En clase de latín la profesora tradujo "29 de diciembre" en vez de "tres de las calendas de enero". A mí me pareció una barbaridad. Me pareció que, si en la traducción de un texto debemos volcar un sistema de medición en términos de otro, deberíamos traducir siempre miles por kilómetros (como, en efecto, hacen en algunas películas), y dollars por pesos, ounces por gramos, asses por centavos. ¿No está mal eso?
  • Parece que la vida cotidiana los arrastra a cierto conservadurismo en sus relaciones sociales. Se reconocen, se saludan, charlan del clima, del fútbol, del trabajo; sus conversaciones más atrevidas versan sobre música. Porque la costumbre los insensibiliza, no suelen ir más allá, no suelen preguntar por la parte de la vida del otro que no se ve a simple vista, ni invitar al otro a conocer la propia.
  • Hay números telefónicos mucho más sencillos y cortos que *31416. Me intriga saber por qué motivo quien ideó el "Programa Subte Alerta" pudo concebir algún tipo de asociación entre el número Pi y la actividad delictiva. ¿Los crímenes suelen, de algún modo, involucrar predominantemente la sílaba pi?
Me apabulla la cantidad de basura que tengo escrita en esos cuadernos. Cada tanto releo notas y las tacho, asqueado, o llego a arrancar hojas completas. Por lo general, tengo la bondad y la dignidad de no publicar casi nada. A veces me gusta recordar un proverbio árabe que leí por ahí: "No hables si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio". A veces me gusta olvidarlo.

viernes, noviembre 02, 2007

La base está

Tengo planeado escribir el tratado definitivo, que por fin les ponga la tapa a todos y no deje ya absolutamente nada por pensar. Se llama De omnibus rebus. En él: comienzo presento contextualizo planteo pretendo emprendo trato abordo analizo detallo confronto sopeso repaso rechazo abono abandono concedo supongo propongo expongo dispongo formulo defino asumo argumento aplico refuto trazo comento enfrento respondo comparto observo concibo introduzco declaro aclaro cito comparo establezco justifico intuyo afirmo sostengo ejemplifico retomo reviso reconozco recupero enumero adhiero sugiero distingo elogio cuestiono atiendo reduzco niego señalo insisto convengo postulo complemento suplemento fundamento extraigo contrapongo intercedo zanjo replico vislumbro acoto corrijo anoto compruebo comprendo redefino juzgo recomiendo agrego critico deconstruyo resuelvo admito demuestro aproximo rastreo verifico sintetizo clarifico manifiesto sospecho lamento pronuncio tematizo sistematizo advierto contesto concuerdo reformulo disiento y otras muchas cosas más: todo lo hago con extremo rigor, aunque no necesariamente en el orden aquí presentado. Por último, sí, al final, para terminar, concluyo.

viernes, octubre 12, 2007

A pique



Qué cosa que de repente
se me ha ido el suelo
y está el vacío esperándome
nada me puede atajar
nada firme adelante mío
no es que me caiga
se me ha ido el suelo y lo voy a seguir.

No te asustes, no, no te asustes si ves
que como respaldo lo tengo al viento
y no queda nada bajo mis pies
me voy a pique nomás
y aunque rompa el aire de un tajo,
no es que me caiga, es que voy pa' abajo
a tocar el fondo de lo que
soy
de una buena vez.

No me llores, no, ya he de venir
voy a encontrarme con mi suerte
buscando lejos de todo lugar
hasta lejos de mí.
De lo más hondo te quiero pedir.

A gatas abro los ojos de tanto miedo
no hay asidero que pueda ver
bajo zumbando nomás
no hay abrazo ni soledad
donde me he metido
nada se ve, y hay que seguir.

No te asustes, no, no te asustes si ves
que no quedan voces al lado mío
que me hagan bulla y me hagan reír
nadie se puede acercar
pero, hermano, no hay soledad
donde me he metido
me arenga el aire con su silbido
y me da su mano para seguir.

No me llores, no, ya he de venir
voy a encontrarme con mi suerte
buscando lejos de todo lugar
lejos de mí.
De lo más hondo te quiero pedir.


Del disco Aca Seca Trío (2003).
Letra y música de Juan Quintero.

viernes, septiembre 21, 2007

ESTÉTICA DA ABDICAÇÃO

Conformar-se é submeter-se e vencer é conformar-se, ser vencido. Por isso toda a vitória é uma grosseria. Os vencedores perdem sempre todas as qualidades de desalento com o presente que os levaram à luta que lhes deu a vitória. Ficam satisfeitos, e satisfeito só pode estar aquele que se conforma, que não tem a mentalidade do vencedor. Vence só quem nunca consegue. Só é forte aquele que desanima sempre. O melhor e o mais púrpura é abdicar. O império supremo é o do Imperador que abdica de toda a vida normal, dos outros homens, em quem o cuidado da supremacia não pesa como um fardo de jóias.


Fragmento 105 del Livro do desassossego
, de Bernardo Soares (uno de los Pessoas), según la edición de Richard Zenith. El mejor blog con que me haya topado jamás.

viernes, septiembre 14, 2007

Gorda... ¿estás ahí?

–...Y mirá vos lo que son las cosas, ¿eh? Nosotros, si te fijás bien, somos muy afortunados: hemos tenido no sólo el extraordinario privilegio de vivir un año bien redondo, de tres ceros seguidos (como fue el 2000), sino también otro honor que suele acompañar a aquél: el de pasar por dos años capicúas muy cercanos entre sí (en nuestro caso 1991 y 2002). Bah, es un privilegio poco frecuente cuando hablamos de años de cuatro cifras. En cambio, esto con los de tres no pasaba: entonces había, escuchame bien, diez años capicúas por siglo. Fijate: en el siglo X, por ejemplo: 909, 919, 929, 939, 949, 959, 969, 979, 989, 999. Pero en los de cuatro cifras, ya el capicúa es muchísimo más esporádico: hay uno por siglo. Fijate: en el XIX, 1881; en el XVIII, 1771... Y el próximo capicúa va a ser el 2112, y el siguiente, recién el 2222. Así que ya no vamos a vivir ningún capicúa más, ¿te das cuenta? Pero, bueno, vivimos dos y tenemos que estar contentos con eso. Mirá vos qué maravilla. ¿No es fascinante la matemática, Gorda? Amor... ¿estás ahí?

–Me vuelvo con mamá, Adrián. Me tenés podrida con los números. Metételos bien en el culo, ¿querés?

viernes, agosto 10, 2007

Consigna II

Parece que hay un procedimiento adivinatorio que se llama esticomancia o bibliomancia. Consiste en abrir un determinado libro al azar e interpretar el primer pasaje sobre el que se posen nuestros ojos como algún tipo de respuesta a nuestras inquietudes. El método era bastante popular en la Antigüedad y el Medioevo; por ejemplo, se aplicaba mucho a la Eneida (en cuyo caso recibía el nombre de suertes virgilianas) y a la Biblia (en las llamadas suertes de los santos).

En cuanto al carácter de las respuestas que el consultante puede obtener, Tomás de Aquino (S. theol., q. 95. a. 8) distinguió tres tipos de suertes: la divisoria (por medio de la cual se establece lo que corresponde a cada cual), la consultatoria (por medio de la cual se recibe cierta orientación acerca de cómo proceder) y la adivinatoria (por medio de la cual se descubre el porvenir).

De esta práctica se registran algunos casos célebres. La conversión definitiva de Agustín de Hipona al cristianismo se dio después de que abriera al azar un libro de las Epístolas de San Pablo y encontrara allí (Romanos 13:13) una exhortación que lo hizo egresar del conflicto que sufría entre su deber de castidad y el anhelado recuerdo de sus antiguas partuzas. Cerca de un milenio después, Petrarca, en la cima del Monte Ventoso, eligió al azar un pasaje, oh casualidad, de las Confesiones de Agustín, y leyó: "Viajan los hombres por admirar las alturas de los montes, y las ingentes olas del mar, y las anchurosas corrientes de los ríos, y la inmensidad del océano, y el giro de los astros, y se olvidan de sí mismos" (X, 8, 15).

Pues vea, lector, no voy a tener el descaro de pretender que usted haga este ejercicio y de convencerlo a la vez de que la idea es muy original que digamos. Sólo le propongo lo primero. ¿Se anima?

A fin de profundizar el carácter aleatorio de las suertes, lo mejor será que usted parta de un libro también escogido al azar entre los de su biblioteca. Si sus anaqueles están poblados íntegramente por historietas o revistas Para Ti o compilaciones de chistes verdes, no se haga problema. Todo sirve, incluso diccionarios y libros de cartografía. No vamos andar en tilingos. Eso sí: usted hágase cargo del resultado. Si después le toca en suerte, por ejemplo, una respuesta de Jaimito a la maestra, la culpa no es mía.

Proceda del siguiente modo. Esboce alguna pregunta acerca de aquello que a usted le preocupa hoy. Luego párese frente a su biblioteca. Cierre los ojos y manténgalos cerrados. Gire sobre su eje vertical, una cantidad de grados que sea múltiplo de 360. No se cebe, que se va a marear. Extienda el brazo y compruebe que el mueble está frente a usted. Después manotee un libro. ¡No se fije todavía cuál es! Ábralo en cualquier página. Apoye su dedo en ella. Ya puede mirar. Lea el pasaje que quedó atrapado bajo la yema. En esas palabras hallará la clave que andaba buscando. O algo así. Aunque inicialmente pueda parecerle que el texto no guarda la menor relación con el tema que lo desvela, insista en descubrirla. Alguna tiene que haber. Usted, también, si no pone un poco de ganas...

Cuénteme, si quiere, el resultado. Después le cuento cómo me fue a mí.

miércoles, julio 18, 2007

Traducción

Ksndra dice:
sho aphirmo q la mwerte d Agmnon veras :D

coryfeo! dice:
eee dsdichada, ten tu lengua, no blsfmes!!! >_<

Ksndra dice:
muii lejos Pean se asha d lo q voi kontando -_-

coryfeo! dice:
si oqrre lo q dices, pero ojala q noo!! T_T

Ksndra dice:
sige, sige tu orando mntras los otros matan!! :P

coryfeo! dice:
q varon urde pues, echo tan doloroso?? O_O

Ksndra dice:
distas mucho n vrdad, d ntender mis aweros u_u

coryfeo! dice:
es q no ncuentro el modoo d q esho c ejeqte :(

Ksndra dice:
sin mbarg sta n griego prfcto lo q digo :)

coryfeo! dice:
i tmb los oraqlos, pero c ntienden mal ¬¬


Esquilo, Agamenón, vv. 1246-1255.

martes, junio 12, 2007

Consigna: "Octojuego"

Por un momento olvidaré mi disgusto por las cadenas y, aceptando la gentil invitación de don Chancho Piluqui, voy a participar de un juego que anda circulando de blog en blog, nacido de quién sabe qué tinieblas. El juego es igualito al "Verdad/Consecuencia", sólo que nada que ver, entre otras cosas porque no se trata de un interrogatorio sino de una mera invitación a la confidencia, y porque a los participantes tampoco se nos ofrece ningún premio por el coraje de exponernos. Ni siquiera la expectativa de terminar besando a la más fulera del curso.

Me tomé el atrevimiento de reescribir las Reglas del Juego, porque consideré que, de acuerdo con el pretendido carácter octogonal del mismo, lo correcto era que fueran 8 y no 4. Según mi versión, pues, las Reglas del Juego son las siguientes:

1) El Jugador debe repetir o parafrasear las Reglas del Juego.
2) El Jugador debe contar 8 cosas de sí mismo.
3) Dado que muchas de las cosas contadas probablemente resulten inverificables para casi todo el mundo, el Jugador debe tener en cuenta que casi todo el mundo confía en la veracidad de él, y que en caso de mentir deliberadamente estará violando dicha confianza.
4) El Jugador dispone, no obstante, de la completa libertad de elegir contar sólo cosas de sí mismo que lo dejan bien parado ante casi todo el mundo.
5) El Jugador debe seleccionar a otras 8 personas a las que invitará a participar del Octojuego y nombrarlas.
6) El Jugador debe depositar sendos mensajes de invitación en los blogs de las personas seleccionadas.
7) Aquel que aceptare la invitación de un Jugador a participar del Octojuego, pasará a convertirse en Jugador y quedará, por lo tanto, sometido a las Reglas del Juego.
8) Aquel que aún no hubiere accedido a convertirse en Jugador y no estuviere, por lo tanto, sometido a las Reglas del Juego, bien podrá hacer caso omiso de la Regla 7 y objetar que no entiende cómo ni en qué momento estaría pasando a convertirse en Jugador. Pero en tal caso, también podrá hacer caso omiso de la Regla 8 y dejarse de hinchar las pelotas.

Ahí voy:

  1. A los tres años sufrí este accidente: habiéndome hecho pis en un lugar inapropiado de la casa, cuando intenté huir del chirlo de mi madre enojada, resbalé con mi propia orina y me abrí la frente contra el marco de una puerta. Esto me lo cuentan; lo único de aquel día que yo recuerdo –o recuerdo haber recordado– es una enfermera que me preguntó qué quería que me regalasen para mi cumpleaños y que, mientras yo le respondía que el Auto Fantástico pero no el rojo que vendían no sé dónde sino uno negro como el de la tele, ella, no teniendo interés en regalarme absolutamente nada, me anestesió para poder coserme la herida. Todavía hoy me acompaña la canchera cicatriz de aquel resbalón.
  2. Excursiones que me gustaría hacer: a la isla Martín García; a algún pueblo fantasma de esos abandonados por los trenes; rumbo a Bahía Blanca, o más allá, en tren, no porque me interese el destino sino por experimentar el viaje largo sobre rieles.
  3. No he sido lo que se llama un gamer, ni un trekkie ni un otaku, pero anduve muy cerca de esas tres obsesiones.
  4. Descubrí tardíamente mi gusto por los libros. A menudo me avergüenzo mucho de estar conociendo recién ahora algunos clásicos de la literatura, y al leerlos entre gente desconocida (viajando en tren, por ejemplo), intento sostener los libros de manera tal que nadie pueda verles el título.
  5. Entre los 13 y los 15 años, mientras duró el negocio, trabajé los fines de semana en una pista de kartings que puso mi padre en Villa Elisa.
  6. Cuando yo conduzca podré abrocharme tranquilo el cinturón de seguridad. Por lo pronto, cuando maneja otro, hago lo siguiente: si él usa cinturón, yo también; si él no, yo tampoco, para no herir su orgullo de conductor con la sospecha de que podría chocar.
  7. En mi último año de polimodal, mis compañeros de curso me apodaron "Momia" a causa de mi habitual quietud. Cada vez que me vuelvo a encontrar con alguno de ellos, tengo que revivir el malestar de escucharme llamar así. Por suerte me los encuentro poco.
  8. Desde hace varios meses laburo de sereno. Tomé el empleo creyéndolo propicio a mi buen rendimiento académico. No me equivoqué, pero nada mejoró porque el problema nos es mi circunstancia sino mi falta de disciplina. He ganado, sin embargo, la lectura azarosa de Tolstoi, de Tennessee Williams, de Bioy, Shua, Paenza, Benavente, Marañón, Denevi, Moliére, Maeterlinck y otros. Y voy por más.
Nombrar a otros ocho jugadores es especialmente complicado para mí. Primero que nada, porque casi todos han sido ya seleccionados por alguien. Pero además, porque no creo haberme ganado con casi ningún blogger la confianza suficiente como para encajarle, así de la nada, una invitación a este Octojuego.

Pero tal vez me animaría a invitar a:
Cutipaste (aunque lo adivino contrario a esta clase de prácticas)
kdaver (cuyo blog no se dedica a estas cosas, pero a lo mejor quién te dice)
Marta Paste (a quien tampoco veo muy amiga de esta clase de cosas, pero que igual no creo que se ofenda)
Rambo (cuyo blog anda parado últimamente, pero que en una de esas...)
Sol (aunque no tiene un blog sino un flog, pero en este punto ya no sé a quién más agarrar)
La persona que nos visita asiduamente desde Neuquén (que seguro tiene un blog y que estaría bueno que se presentase de una buena vez)
Alguna otra persona que quiera sumarse porque le gusta hablar de sí misma
Alguna persona más que se cope de onda

Y si no quieren, dicen que no. Porque no están buenas las cadenas.

lunes, junio 04, 2007

Sobre el fin del mundo

¿No lo han adivinado aún? El fin del mundo es la muerte. Un apocalipsis trizado en infinitos y sucesivos apocalipsis individuales, porque a Dios le disgustan la megalomanía, la exageración y el barullo.


Fragmento de "Informes reservados", del libro Parque de diversiones, de Marco Denevi.

lunes, mayo 21, 2007

De ñomos

A los ñomos no les importa esta tarde mañífica de sol radiante, porque ellos viven muy bajo la tierra. Se sabe que son hombrecitos solitarios, pero que una vez al mes se reúnen todos en una caverna iñota, como si fueran una gran familia, y celebran mañánimos banquetes en torno a una sola mesa enorme. Antes de empezar, eso sí, rezan a coro el añusdéi, pero ahí acaba toda la formalidad y pronto se entregan licenciosamente a la ingesta de alimentos y al diálogo, no siempre de manera alternada.

Pero hete aquí que una de esas comilonas tuvo un iñominioso desenlace. Sucedió que aquel día la conversación de los
ñomos, que giraba sobre los asuntos más variados, fue a instalarse en temas de ñoseología. En ese momento uno de los presentes, el ñomo Iñacio, se declaró añóstico. Para qué. Primero se hizo un silencio general, y en seguida se alzaron cien voces que al unísono lo acusaron de iñorante. "¡Mirá si va a ser incoñoscible!", protestaron. Estaban indiñados. Él se mantuvo firme en su tesis, impuñando los argumentos que le salían al paso. Sin embargo, la última palabra fue de los otros, que no estaban dispuestos a sentir sus oídos impreñados de semejantes ideas, y reputándolo "poseído por el Maliño", se arrojaron con íñeo furor contra el polémico e indiño personaje.

Iñacio resistió un poco, evitando los ataques de un ñomo proñato, pero cuando vio que se le venía encima el montón, estimó que poco más
podría sostener su defensa y se entregó resiñado a sus coléricos compagneros, que de tantas pignas lo hicieron agnicos.

martes, abril 17, 2007

Aporías eróticas

Cuando estoy con B, a menudo la contemplo y me pongo a pensar: si el tiempo y el espacio son infinitamente divisibles, una flecha que Cupido me lanzara debería, antes de alcanzarme, recorrer la mitad de la distancia que separa al arco de mí, y antes de eso la mitad de la mitad, y antes la mitad de la mitad de la mitad, y así al infinito, de manera que nunca podría completar su trayecto; y si, por el contrario, espacio y tiempo no son infinitamente divisibles, sería posible distinguir en el recorrido de la flecha unidades últimas, momentos atómicos, en cada uno de los cuales ella se encontraría en completo reposo, y entonces no habría movimiento alguno sino una mera suma de inmovilidades; por lo tanto, esa mítica flecha que infunde a los corazones el ardor amoroso jamás podría herir el mío. En cambio, cuando estaba con A no me ponía a pensar, o pensaba otras cosas.

jueves, marzo 22, 2007

Aparición

Abandoné mis esfuerzos por mantener el blog dentro de un régimen de actualización semanal y, como se ve, caí en un silencio todavía más pronunciado que el habitual, que ni siquiera es un silencio reflexivo, sino una especie de confusa e inefable bulla interior. Espero, sin embargo, que este estado no me durará mucho más y que en cuanto me sea posible –porque estoy adaptándome a esos cambios de rutina que son propios del mes de marzo, y además el desgano suele acometer mi espíritu con un vigor admirable–, volveré a postear alguna cosa. En cualquier caso, les doy las muchas gracias a quienes siguen viniendo por acá y les pido que, si me tienen paciencia, sigan en sintonía.

Para entretenerlos un poco y que no hayan venido de balde, les recomiendo ver Elephants Dream, un corto de animación holandés más que interesante. Su página oficial es esta.



jueves, febrero 15, 2007

De Omar

Leo la traslación al verso castellano ("versión yuxtalineal") que hizo Joaquín V. González de la paráfrasis en verso inglés que hizo Edward Fitzgerald de algunas de las Rubaiyát que escribió en farsi Omar Khayyám, genio singular que amén de poeta fue matemático (que descubrió el triángulo de Pascal antes que Pascal) y fue astrónomo (que reformó el calendario persa, dándole una exactitud que el gregoriano no supera) y fue historiador y fue juez y fue maestro, y me pregunto cuánto de todo aquel Omar pervive en estas lejanas cuartetas después de tanta coladura y trasvase.

jueves, febrero 08, 2007

Dos críticas de cine malísimas

1.
Durante los primeros minutos, la película se va perfilando como muy mala. Sin embargo, después empieza a mejorar de a poco y, finalmente, si la ves entera acabás por admitir que en realidad era mucho peor de lo que habías imaginado al principio.

2.
El placer, opinaba Aristóteles, es un aditivo que acompaña a algunas de nuestras actividades y que de algún modo las perfecciona y las hace más deseables de lo que ya son por sí mismas. Nos entregamos mejor a una actividad cuando ella nos resulta agradable; en cambio, cuanto menor es el placer que nos reporta, peor la ejercemos y más tendemos a abandonarla para ocuparnos en algo diferente. Casi siempre que realizamos dos o más actividades al mismo tiempo, la más agradable desplaza a las otras. Por eso ocurre, por ejemplo, decía el tipo, que cuando los actores de una obra teatral son muy malos, el público suele ingerir más golosinas de las habitualmente consume en tales espectáculos. En fin, lo que quiero decir después de tanto prolegómeno es que, aunque yo no soy nada aficionado a la gula, mientras veía esa película comí cantidades industriales de pochoclo.

martes, enero 02, 2007

El milagro

Según mi amigo L., Cristo vivió siete días antes de Cristo porque nació el 24 de diciembre y el primer año cristiano no comenzó hasta el 1º de enero siguiente a su nacimiento. Mi amigo, que es ateo, no cree en ningún milagro de Jesús, excepto en éste de haber vivido antes de sí mismo.


Del libro La vida imposible, de Eduardo Berti.