¿No lo han adivinado aún? El fin del mundo es la muerte. Un apocalipsis trizado en infinitos y sucesivos apocalipsis individuales, porque a Dios le disgustan la megalomanía, la exageración y el barullo.
Fragmento de "Informes reservados", del libro Parque de diversiones, de Marco Denevi.
Fragmento de "Informes reservados", del libro Parque de diversiones, de Marco Denevi.
7 comentarios:
No sé lo del apocalipsis, pero si hay algo que ofende mi sentido estético es la preferencia de Dios por la desmesura.
Sí, muchas veces da la impresión de que se le fue la mano con algunos trazos y le quedó todo un poco desprolijo, si a eso se refiere usted. Pero, a fin de cuentas, ¿acaso no es este el mejor de los mundos posibles? ¿Eh? ¿O me equivoqué de ventanilla?
Estimado, véngase por mi blog que lo incluí en un jueguito. Si le va, préndase.
Salud!
Muy bien Denevi, eh. Mucho no me gusta, pero hay un cuento que me hubiera gustado escribir a mí, se llama "Carta a Gianfranco".
abrazos.
Tomo nota, que no conozco ese cuento y confío en su buen gusto. No he leído mucho a Denevi, salvo este libro, que no me ha parecido malo, y algunos mini-cuentos de Falsificaciones que me han gustado bastante.
Ay, me pone en un compromiso con ese juego, colega porcino. Me sumo nomás porque me lo pide usted. Pero si no hay ningún plazo para la respuesta, aguánteme un rato.
Llegué por un comentario del Sr. Cutipaste para con usted con el cual me sentí identificada y me hizo reir mucho.
"como buen ejemplar del antro de Puán, Ud. me entiende." -dijo Cutipaste.
Y me alegro de haber llegado acá. Lo valió!
Salud!
Le conviene saber cuanto antes que muy ejemplar que digamos no soy. Pero qué lindo lo que me dice, Lulet. Yo me alegro de recibirla acá.
Salute.
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